La adolescencia es una fase vital muy sensible en el desarrollo de la persona, pues establece el andamiaje de la personalidad futura del adulto a partir de la bases y vivencias de la infancia.
Son múltiples las distintas valoraciones necesarias ante problemas de competencia, aprendizaje o conducta en el adolescente, ya que también son variados los elementos intervinientes. Alteraciones de personalidad, problemas de adaptación personal, familiar y escolar, problemas específicos cognitivos en la gestión de la atención o las funciones ejecutivas, estrategias de aprendizaje y canales preferentes de entrada de la información, por ejemplo.
En este caso nos detendremos en los denominados moldes mentales, que son las estrategias mentales con las que la persona va a interpretar, evaluar y reaccionar ante la realidad, y gestionar sus emociones y comportamiento. Estas formas de abordar y reaccionar ante situaciones externas y problemas del día a día pueden estar desadaptadas y pueden trabajarse para adquirir pautas de afrontamiento y resolución más óptimas. Estas pautas de comportamiento obviamente repercuten en el rendimiento escolar o profesional, pero también en nuestra felicidad y bienestar. De alguna forma, reestructuramos, reprogramamos ciertas redes neuronales que se han establecido como una respuesta automática estandarizada de respuesta pero que no son ni óptimas ni adaptadas.
Así, por ejemplo, se evalúa el nivel de espontaneidad vital, capacidad mental de ser espontaneo o en caso contrario mostrar una excesiva tendencia al hiperanálisis, que provocaría respectivamente una actitud impulsiva o por el contrario na actitud demasiada conservadora o paralizante antes de actuar ante determinadas situaciones de la vida, tanto cognitivas como emocionales. También, la tendencia a tener una visión positiva y constructiva ante los problemas o bien una actitud negativa o derrotista y pesimista ante la vida. Esto es muy importante para la operatividad y eficiencia pero también para estar contento con uno mismo y con el mundo que nos rodea. En definitiva una correcta adaptación al medio o no.
Mediante una evaluación psicológica dirigida determinamos qué áreas son susceptibles de mejora y se tratan desde la psicología. También podemos trabajar y optimizar ciertos patrones comportamentales mediante la técnica de neurofeedback. Herramientas útiles en problemas como TDAH infancia o TDAH adulto, o problemas de rendimiento profesional y emocional en general.
Dr JA Cruz Velarde
