La principal conclusión que podemos extraer del estudio de la salud y de la curación es que vivir de un modo natural evita la presencia de enfermedades.
Las dolencias surgen cuando nos desviamos de ese modo de vida. Se manifiestan por si solas en el momento en que el cuerpo trata de neutralizar y eliminar las sustancias dañinas acumuladas.
Para restaurar la salud necesitamos ayudar al organismo a eliminar esas toxinas; una dieta alimenticia y unos hábitos saludables evitarán que vuelvan a acumularse de nuevo.
La enfermedad es la manifestación de una crisis de toxicidad, el intento del cuerpo de volver a un estado de equilibrio llamado homeostasis.
Esta curación o crisis de toxicidad tiene lugar cuando las toxinas del cuerpo alcanzan cierto grado de concentración, que en este contexto denominaremos tolerancia.
Las toxinas son sustancias producidas internamente o aportadas desde el exterior que tienen efectos nocivos en los sistemas orgánicos del cuerpo, en determinados órganos, tejidos, células y unidades subcelulares.
Entre las toxinas se encuentran los aditivos alimentarios, la contaminación ambiental, los residuos del metabolismo y la toxicidad generada por las bacterias que descomponen los alimentos no asimilados en el sistema digestivo.
Cuando el cuerpo supera el nivel de tolerancia a las toxinas, lo manifiesta con algún dolor u otras formas de malestar. Esto hace que los órganos y sistemas de eliminación del cuerpo, como la piel, el aparato respiratorio, el hígado, el intestino grueso, los riñones, el sistema linfático y el sistema inmunológico emprendan la defensa del organismo.
Cuando el cuerpo intenta eli minar esas toxinas, el hígado, los pulmones, el colon, los riñones, la piel y las glándulas linfáticas pueden llegar a congestionarse.
La respuesta inmunológica moviliza las células inmunes y los anticuerpos que ayudan a reducir el nivel de toxicidad por debajo del límite de tolerancia.
En esa fase reactiva de crisis de toxicidad, es posible sentirse débil o exhausto, pues el cuerpo utiliza ha ta la última gota de la energía que puede conseguir para eliminar las toxinas.
En circunstancias normales, la fuerza física, el apetito y el bienestar vuelven unos de después de su respuesta curativa.
Todo ello puede dar la impresión de que se recuperado la salud, pero en muchos casos tan sólo se ha superado el nivel sin mítico de la crisis de toxicidad.
A menos que se supriman las causas que han llevado a generar las toxinas,lo más probable que éstas se acumulen de nuevo y se produzca otra crisis de toxicidad. Puesto que el sistema inmunológico se va debilitando progresivamente con cada crisis, la posibilidad de recuperar por completo la salud y la vitalidad también disminuye. La consecuencia final de estos ciclos sucesivos de crisis tóxicas es una enfermedad crónica.
Hace unos cien años, las enfermedades crónicas eran bastante raras. A principios del siglo xx, tan sólo 10 de cada 100 personas sufrían una dolencia continuada.
En la actualidad, las enfermedades crónicas constituyen más del 90 % de todos los problemas de salud.
Hoy en dia, la población en general, suele pensar que lo mejor y lo más correcto y beneficioso es eliminar a toda costa los síntomas de la enfermedad.
Los métodos utilizados en la mayoría de los casos se basan en la administración de fármacos .
Claro que su aplicación pasa por alto la necesidad de detectar y atender las causas de esos sintomas, que no son más que simples indicadores de la toxicidad que acumula el cuerpo, por lo que el resultado final de este planteamiento es la depresión de los órganos y sistemas vitales del cuerpo. Puesto que de este modo se impide al cuerpo eliminar las toxinas acumuladas, la crisis, la próxima vez que ocurra, será más larga o más grave que la primera vez.
Migrañas,hiperactividad, alteraciones de conducta y distimia, dolores neurágicos, problemas de memoria, podrian estar influidos por este estado tóxico que justificaria el patrón ciclico en muchos de estos sintomas.
Dr Juan A Cruz Velarde Neurólogo www.neuronae.net