Los aceites esenciales de lavanda se usan para tratar el insomnio y los trastornos del sueño, promoviendo un efecto sedante cuando se inhala en aromaterapia.
Históricamente, las almohadas se llenan con las flores de la planta de lavanda para promover el inicio del sueño.
También se usa hoy en día para aliviar los síntomas de depresión, ansiedad y fatiga.
Se dice que tiene un efecto calmante en la mente, mejora el estado de ánimo y ayuda a reducir la agitación.
Los usos adicionales incluyen aplicaciones tópicas para la piel, alivio del dolor, alivio del dolor de cabeza y mejora del crecimiento del cabello en pacientes con alopecia areata.
En infusiones también tiene propiedades sedantes, las cuales se encuentran principalmente en sus flores, y en menor medida en las hojas.
Dr Juan a Cruz Velarde
Neurólogo
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