Al igual que hay dieta alimenticia existe una dieta sensorial que requiere estímulos sensitivos adecuados. Los estómagos se ceban con carne o pasta, pero el sistema nervioso se alimenta con estímulos sensitivos: el cerebro se nutre de colores, olores y sabores, y sin ellos se atrofia, se arruga, mengua.
Estudios ha evidenciado que el contacto físico tienen efectos neuroendocrinos y es vital para el crecimiento y desarrollo cerebral y corporal como se demuestra en niños y animales.
Alteraciones en integración sensorial y la respuesta a aferencias sensoriales táctiles y corporales están relacionadas con la hiperactividad y el aprendizaje (más información)
También en el Parkinson están muy indicados los masajes que previenen la rigidez muscular, mantienen la movilidad y mejoran la bradicinesia y las contracturas musculares, alivia la fatiga causada por los temblores,reduce el estrés,facilita el sueño y produce una sensación general de beneficio.
El masaje vibratorio, que estimula las articulaciones y las vías nerviosas propioceptivas: los estímulos vibratorios serían una parte de la dieta sensorial tan necesaria para la “nutrición” de los centros nerviosos implicados en el movimiento Charcot, padre de la Neurología francesa, observó que los parkinsonianos mejoraban después de un largo trayecto en tren. Desarrollo una especia de silla “trepidante”(“chaise trépidante”) a la que acopló una manivela y una serie de engranajes y palancas. El paciente se sentaba, un ayudante giraba la manivela y el mecanismo producía un movimiento peculiar, una especie de “traqueteo” que recordaba el de los trenes.
El traqueteo, aparte de movilizar las articulaciones, de “desentumecerlas”mecánicamente, es una forma de activar la sensibilidad profunda, activar la actividad neuronal aferente y mejorar los síntomas de esta enfermedad.
Dr Juan a Cruz Velarde Neurólogo www.neuronae.net
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