En nuestro sistema nervioso autónomo existe un equilibrio natural entre el sistema simpático y parasimpático, éste último gobernado por el nervio vago.
Nuestro organismo mantiene su salud mediante un sistema de equilibrios diversos, tanto estructurales como funcionales. Acción-reacción, actividad-descanso, hipermetabolismo-hipometabolismo. Si este equilibrio se rompe surgen los problemas, los síntomas y las enfermedades.
Nuestro sistema parasimpático-vago ejerce una función de recuperación, de asimilación y trófico podríamos decir, frente a su contrario, el sistema simpático, activador, hipermetabólico e hiperenergético. Un sistema nos prepara para la alerta y otro nos relaja.
El sistema parasimpático-vago influye en la funcionalidad de diversos sistemas como una secuencia digestiva funcional, equilibrio eje microbiota, la respiración y movimientos difragmáticos, control de estrés, inflamación crónica, función hepática normal o disfuncional, sueño y ritmo circadiano, así como en la forma en que dirigimos nuestras relaciones sociales.
En determinadas situaciones patológicas tenemos que reequilibrar estos sistemas simpático y parasimpático para mejorar. En la mayoría de las ocasiones, por nuestra forma de vida actual,el disbalance recae en un exceso de activación del sistema simpático frente al parasimpático influyendo negativamente en las funciones descritas anteriormente.
Podemos trabajar diferentes patologías tanto físicas, psicológicas disfuncionales mediante estimulación y activación del sistema parasimpático-vago.,
Cómo?
Entre otras, mediante técnicas como la meditación dirigida, ejercicios respiratorios específicos, osteopatía,acupuntura, neuromodulación, que en manos expertas pueden ofrecernos excelentes herramientas curativas y de salud.
Dr JA Cruz Velarde
Neurólogo
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