Diferentes estudios están demostrando la realidad de la conexión funcional, y hasta anatómica a través del nervio vago, del intestino y el cerebro. Más concretamente cambios en la microbiota intestinal repercuten en la fisiología cerebral a través de neurotransmisores y productos intermedios generados por sobrecrecimiento bacteriano anómalo.
Estos cambios generarían modificaciones comportamentales, de conducta y rendimiento cognitivo.
También se ha estudiado como eje de intervención en migrañas y control del estrés entre otros. Estos cambios también pueden generar un estado de inflamación crónica de bajo grado activando interleukinas proinflamatorias que atravesarían la barrera hematoencefálica con acción cerebral secundaria.
Existen diferentes cepas que podemos aportar para reestablecer el equilibrio, pero es necesario primero valorar la composición de la microbiota para saber que microflora potenciar con probióticos o bien con prebióticos. En este caso no vale suplementar a ciegas, el aporte debe ser personalizado tanto cualitativa como cuantitativamente y en el tiempo si queremos obtener los beneficios.
Dr Cruz Velarde
Neurólogo y Director Neuronae
Stenberg L et al. A randomized controlled trial to test the effect de multiespecies probiotics on cognitive reactivity to sad mood.Brain Behav Inmun 2015.48.258-64
Papalini e t al. Stress matters: a double-blind randomized controlled trial on the effects of a multiespecies probiotic on neurocognititon. Neurobiology of Stress. Vol10. Feb 2019.100141
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