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Patrones neuronales subconscientes y disfuncionales: EMDR y Neurofeedback


La mayoría de las acciones y pensamientos de nuestro día a día son el resultado de procesos subconscientes de patrones aprendidos desde la niñez.

Según la visión reduccionista de la neurociencia los seres humanos somos el resultado de una compleja interacción entre billones de redes neurales, es decir conexiones entre un grupo de neuronas y otros, desarrolladas por el cerebro principalmente en los primeros años y modificadas a lo largo de la vida por las experiencias que vivimos.

Gracias al progreso científico de las últimas décadas estamos teniendo más conocimiento sobre este mecanismo complejo que es el cerebro. En la actualidad la visión reduccionista es la más fiable, así pues, los genes y las experiencias pueden influenciar en nuestra personalidad y en nuestra salud.

El cerebro de los seres humanos es el resultado de siglos y siglos de evolución, la cual nos ha dotado de diferentes capacidades: razonar, inhibir el instinto, regenerarse, cambiar sus conexiones…etc. No hay que olvidar que su función primaria es la de protegernos para que la especie se reproduzca y evolucione, así pues, el cerebro se sirve de la información emocional para realizarlo. Toda la información sobre la realidad exterior nos llega a través de impulsos eléctricos y químicos, gracias a nuestros sentidos, y antes de ser procesada de manera consciente y racional, viene procesada por la región más ancestral de nuestro cerebro, el lobo límbico.

En los primeros años de nuestra vida el cerebro aprende la mejor forma para relacionarse con el entorno, así pues, después una primera explosión de generación de sinapsis irá seleccionando y descartando las que no son funcionales para la adaptación a dicho entorno.

¿Cómo reflejamos todo esto en nuestra vida diaria?. Si nos imaginamos a un niño que nace en una familia en la que hay una relación disfuncional entre sus miembros, que se encuentra en un entorno en el que reina la violencia verbal e incluso física, su cerebro irá desarrollando y reforzando un patrón de respuesta de defensa o huida. Además se irán debilitando las redes neurales de la atención para aislarse de la realidad exterior y así poder protegerse y evitar una respuesta emocional intensa. Estos mecanismos se traducirán, a lo largo de la vida, en una respuesta de estrés prolongada y en el peor de los escenarios en un trastorno de ansiedad y en un déficit de la atención.

Según la visión evolucionista, en la que la función principal del cerebro es la de protegernos para permitirnos de evolucionar, todos los recuerdo de eventos traumáticos y emocionalmente muy intensos no llegarán a la conciencia, ya que se quedarán en un nivel subconsciente afectando a nuestra vida sin que nosotros nos demos cuenta.

Parece exagerado afirmar que la mayoría de las acciones que hacemos cada día, de los pensamientos que tenemos, de las cosas que decimos sean el resultado de procesos subconscientes debido a patrones aprendidos desde la niñez y reforzados por experiencias a lo largo de la vida, pero cada vez hay más estudios científicos que lo ratifican.

Así pues, cuando queremos cambiar alguna cosa de nosotros mismos, no basta con quererlo a nivel consciente, sino que hace falta cambiar estos patrones subconscientes y reprogramar la respuesta del cerebro a diferentes situaciones de la vida diaria.

El cambio de patrones neuronales subconscientes y disfuncionales puede darse a través de dos modalidades: 1) a través de un cambio generado por las creencias internas que han ido reforzando dichos patrones, mediante terapia psicológica, o 2) a través de experiencias externas, es decir mediante un entreno cerebral que enseña al cerebro a auto-regular su actividad a un nivel subconsciente por medio de un proceso de aprendizaje.

El equipo de Neuroscenter combina estos dos niveles de intervención para que la persona pueda efectivamente tomar conciencia de estos procesos subconscientes y así llegar a cambiar su vida en una manera más rápida y efectiva. Para ello utilizamos: 1) el EMDR, que favorece un reprocesamiento de memorias traumáticas para lograr así un cambio a nivel de creencias asociadas con dichas memorias. 2) el Neurofeedback, que es una forma de aprendizaje y se basa en un entrenamiento de nuestro cerebro.

A través del Neurofeedback se van modificando los patrones cerebrales, fortaleciendo las redes neuronales que son funcionales y debilitando las que no lo son. Durante una sesión, cada vez que la actividad cerebral se aleja o difiere demasiado a nivel estadístico de lo que sería su actividad óptima, el individuo va a recibir a través de un videojuego una alerta. De la misma manera, cada vez que las ondas cerebrales están entre los límites estadísticos de normalización estadística, el individuo recibirá una recompensa en el videojuego y así el cerebro aprende a relacionarlo y la actividad disfuncional será siempre más debilitada.

Aunque no sea posible cambiar completamente la manera de ser de un individuo el Neurofeedback y el EMDR pueden ayudarnos ya que generan una toma de consciencia sobre nuestros patrones mentales favoreciendo así un mejor manejo de las emociones y permitiéndonos de percibir la realidad desde otras perspectivas.

Sydney Pinoy Peyronnet

Director Neuroscenter Barcelona

www.neuroscenter.com


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