Dr Cruz Velarde
26 de ene de 2018
Las micotoxinas son algunas de las toxinas más prevalentes en el medio ambiente. Las micotoxinas son metabolitos producidos por hongos como el moho, que pueden infestar edificios, vehículos y alimentos. La mayoría de las exposiciones a micotoxinas se producen a través de la ingestión de alimentos o la exposición al aire. En la Unión Europea, se ha descubierto que el 20% de todos los granos cosechados están contaminados con micotoxinas. El consumo de determinados productos, especialmente los cereales, o de productos de animales alimentados con granos contaminados son la principal fuente de exposición a las micotoxinas.
Cuando una persona inhala aire contaminado con niveles elevados de esporas de moho toxogénicas, estas entran en el sistema respiratorio, se solubilizan en los fluidos corporales y liberan micotoxinas.
Desafortunadamente, las micotoxinas son resistentes al calor y a muchos procedimientos de procesamiento. Los hongos pueden crecer en casi cualquier superficie, especialmente si el ambiente es cálido y húmedo. Los materiales de paredes interiores de edificios, papel de pared, aislamiento de fibra de vidrio, placas de techo y soporte de yeso son todas buenas superficies para colonizar hongos. Estos hongos luego liberan micotoxinas en el medio ambiente causando síntomas de muchas enfermedades crónicas diferentes. Las enfermedades y síntomas relacionados con la exposición a micotoxinas incluyen fiebre, síntomas similares a la neumonía, enfermedad cardíaca, enfermedad reumática, asma, sinusitis, cáncer, pérdida de memoria, pérdida de visión, fatiga crónica, erupciones cutáneas, depresión, TDAH, ansiedad y daño hepático.
Se ha demostrado que la suplementación con clorofilina, zinc, A, E, C, N Acetilcisteina, ácido rosmarínico y glutatión liposomal solo o en combinación mitiga los efectos oxidativos del moho.
Dr Juan A Cruz Velarde
Neurólogo